Reportaje - Canal de Panamá
Canal de Panamá: Una obra de ingeniería a gran escala con sello de eficiencia, innovación y sostenibilidad


En medio de desafíos ingenieriles, climáticos y tensiones comerciales, el Canal de Panamá reafirma su rol como actor clave en el comercio global. Con visión estratégica, invierte en nuevas infraestructuras, sostenibilidad e innovación para seguir siendo una ruta esencial entre continentes.

El Canal de Panamá, una de las obras de ingeniería más trascendentales del siglo XX, ha experimentado una notable transformación desde su inauguración en 1914. De una infraestructura operada manualmente a un sistema automatizado y digitalizado, el canal refleja los avances más relevantes en ingeniería, tecnología, gestión del agua y sostenibilidad.

Hicimos un cambio muy importante del mecanismo que abre y cierra las compuertas de las esclusas, en los años 90’. Originalmente era un mecanismo electromecánico, con partes fabricadas exclusivamente para estas esclusas, las que no se encontraban a nivel mundial y- por lo mismo- era muy costoso mandar a hacerlas; por esto, hicimos pruebas con pistones hidráulicos y cambiamos el mecanismo que abre y cierra todas las compuertas por un mecanismo de brazos hidráulicos”, explica Ilya Espino de Marotta, subadministradora y oficial de sostenibilidad del Canal de Panamá.

Los avances en tecnología han ido de la mano con la búsqueda de soluciones e innovaciones para optimizar la administración y operación del canal.

En 2006, cambiamos el sistema de control que se utiliza para abrir y cerrar válvulas y compuertas por un sistema computarizado, aprovechando la agilidad e información que proporciona. Otro cambio fue todo el nivel de tecnología que hemos implementado en la navegación para los prácticos que suben a bordo; ahora suben con un iPad que proporciona toda la información geoespacial y de navegación requerida”, detalla Espino de Marotta.

Para Frank Campble, ex Especialista en Aseguramiento de la Calidad, con 38 años de servicio al Canal de Panamá, instaurar una cultura de mejora continua fue clave para el éxito en la implementación de nuevas tecnologías y soluciones ingenieriles.

Particularmente desafiantes fueron los momentos a principio de siglo, donde tuvimos avances tecnológicos muy importantes, como el cambio de la frecuencia eléctrica del sistema de 50 a 60 Hz, o el cambio del mecanismo de engranajes de apertura de las compuertas de las esclusas originales (Panamax), Miraflores, Pedro Miguel y Gatún por el sistema controlado por programadores lógicos y operados con brazos hidráulicos. Entendiendo que la labor de mantenimiento, reparación y modernización de los múltiples sistemas que se utilizan en el canal, se debe a nuestro recurso más valioso, el capital humano, lograr que todos los trabajadores entendieran la importancia y criticidad de asumir, entender y trabajar hacia la mejora continua, fue clave”, argumenta.

 

Desafíos y oportunidades ingenieriles del Programa de Ampliación del Canal

Con el paso de los años, la Autoridad del Canal de Panamá ha implementado diversas mejoras técnicas, incluyendo la automatización de compuertas, la introducción de sistemas de control remoto y la digitalización de operaciones logísticas. Un hito clave fue la inauguración en 2016 del Canal Ampliado, con un nuevo juego de esclusas (Neopanamax) que duplicó la capacidad de tránsito y permitió el paso de buques de mayor tamaño.

El proyecto, desarrollado entre 2007 y 2016, contó con Ilya Espino de Marotto como vicepresidenta ejecutiva de Ingeniería, quien debió abordar desafíos en diferentes aristas.

Fue un proyecto innovador en el que hicimos modelos hidráulicos, físicos y matemáticos en Europa, antes de licitar el proyecto, porque una de las diferencias principales entre la esclusa del 2014 y la nueva, era que la original tenía dos carriles pudiendo cerrar uno para mantenimiento. La esclusa nueva es un solo carril, que no podemos cerrar para mantenimiento, por lo que tuvimos que idear una esclusa a la que se le pudiera dar mantenimiento mientras opera. El sistema llenado y vaciado de las esclusas originales es por el fondo de la cámara; para darle mantenimiento al tipo de compuertas es necesario removerlas con una grúa flotante y llevarlas a un dique”, explica.

Para hacer frente a este desafío, diseñamos un modelo de sistema llenado y vaciado que viene lateral por los muros, donde el flujo hidráulico no es tan simétrico como por el fondo. Para esto, hicimos los modelos físicos hidráulicos mencionados, que nos permitieron conocer cuáles eran las fuerzas y las corrientes que este sistema iba a tener en los buques. El desafío a resolver fue qué tipo de compuerta teníamos que utilizar para dar un mantenimiento en sitio: nuestra solución fue el sistema de compuertas rodantes”, concluye Espino de Marotta.

Otro avance técnico relevante fue la incorporación de tinas de ahorro de agua, una tecnología inspirada en sistemas fluviales europeos, pero nunca antes aplicada a esta escala. Estas tinas permiten reutilizar hasta un 60% del agua utilizada en cada operación de esclusa, reduciendo drásticamente el consumo del recurso más valioso del canal: el agua dulce.

Durante la fase de diseño, revisamos distintas configuraciones posibles para las nuevas esclusas: de uno, dos o tres niveles. El análisis de consumo de agua, tiempo de tránsito e intrusión salina concluyó que un diseño de tres niveles continuos, como el de la esclusa de Gatún, ofrecía los mejores resultados operacionales y ambientales. Hicimos una presa de 2.5 kilómetros de largo, toda de roca, que terminó siendo muy desafiante porque la condición de suelo estaba bastante más fracturada de lo que originalmente se había identificado«, detalla la subadministradora del Canal de Panamá.

Nuevos proyectos con foco en innovación y sostenibilidad

Con una visión estratégica, el Canal de Panamá impulsa un conjunto de proyectos clave para asegurar su operatividad hídrica, expandir su eficiencia logística y consolidar su compromiso con la sostenibilidad.

Para mejorar la eficiencia operativa, ya está en marcha la implementación de un Centro Integrado de Control de Operaciones, que permitirá optimizar la programación de tránsitos, la asignación de recursos (prácticos, remolcadores, esclusas, transporte) y el control de los movimientos de buques.

“Entre los beneficios que brinda este centro está la optimización del uso de infraestructuras existentes y los equipos disponibles para proveer un servicio de tránsito seguro, eficiente y continuo. En este sentido, disminuye y elimina retrasos en el tránsito de los buques, garantizando a nuestros clientes la seguridad y puntualidad en su tránsito por las aguas del Canal de Panamá”, explica Frank Campble.
El proyecto más relevante en el horizonte inmediato es la construcción de una nueva presa y un lago artificial en la cuenca del río Indio. Su objetivo es asegurar el recurso más estratégico para el Canal de Panamá y el país: el agua dulce.

A diferencia de otros canales del mundo —como el de Suez o los fluviales europeos— el Canal de Panamá eleva los buques desde el nivel del mar hasta 27 metros de altura mediante esclusas, permitiendo su tránsito a través de un lago artificial en la montaña, operado 100% por gravedad y sin bombeo. Esta operación depende de las lluvias que alimentan los actuales lagos Gatún y Alhajuela.

En respuesta a esta realidad, el nuevo embalse en la cuenca del río Indio representa una inversión en resiliencia climática y seguridad hídrica. El proyecto contempla una presa principal y tres auxiliares, con una inversión estimada en US$1.600 millones. Su diseño no solo busca garantizar el abastecimiento de agua para el Canal y para millones de personas en las provincias de Panamá, Colón y Panamá Oeste, sino que se enmarca en principios de sostenibilidad ambiental y social.

Uno de los componentes más sensibles del proyecto será el reasentamiento de comunidades ubicadas en el área del embalse. Este proceso se desarrollará bajo estándares internacionales —como los de la Corporación Financiera Internacional (IFC)— y tiene como prioridad mejorar las condiciones de vida de las familias, no solo mitigar impactos. Además, la ubicación remota del proyecto supone desafíos logísticos significativos, que serán abordados con planificación rigurosa y coordinación interinstitucional”, explica la subadministradora del Canal de Panamá.

En paralelo, la Autoridad del Canal de Panamá evalúa la instalación de un gaseoducto terrestre que permitiría el transbordo de productos energéticos, como gas natural o petróleo. Esta infraestructura ofrecería una alternativa terrestre al tránsito marítimo de estos productos, liberando espacio para otros segmentos, como portacontenedores o cruceros. El proyecto aún está en fase de análisis de modelo de negocio y definición del tipo de productos a transportar.

Junto con la innovación y mejora continua, la sostenibilidad es un pilar. Aunque históricamente la sostenibilidad del canal estuvo enfocada en proteger la cuenca hidrográfica, hoy el enfoque es integral.

Con la creación del rol de Oficial de Sostenibilidad, asumimos compromisos medibles y ambiciosos, como alcanzar carbono neutralidad total para 2050, incluyendo las emisiones directas (alcances 1 y 2) y las indirectas (alcance 3). Nos dimos cuenta de que el alcance 3 es el que más impacta en nuestras emisiones, que es la industria marítima, entonces emprendimos en analizar la industria y cómo incentivar a nuestros clientes a sumarse a las cero emisiones de carbono por el tránsito del canal, para hacer frente a ese 98.6% que representan nuestras emisiones en los buques que circulan por el canal, considerando desde el último puerto que tocan antes de transitar hasta el primer puerto, una vez que transitan por el canal”, detalla la directora de Sostenibilidad del Canal de Panamá.

La Autoridad del Canal de Panamá está cambiando su flota de remolcadores por una híbrida, específicamente, 20 de los 45, reduciendo las emisiones. En adición, realizaron pruebas para usar diésel renovable y así bajar las emisiones de sus remolcadores. Por otra parte, se está renovando la flota vehicular por vehículos eléctricos.

En el ámbito de la eficiencia energética, recientemente adjudicaron la construcción de una nueva planta fotovoltaica para reemplazar gradualmente la energía fósil, que hoy representa el 60% del alcance 1.

El proyecto del lago de Río Indio, los cambios operativos, la planificación energética y las acciones sociales muestran que el Canal de Panamá no solo busca mantener su rol estratégico en el comercio global, sino hacerlo desde un modelo más equitativo, resiliente y bajo en carbono.

La sostenibilidad del Canal de Panamá no es solo ambiental. Es asegurar beneficios económicos y sociales permanentes para el país y las comunidades, sin comprometer el futuro”, enfatiza Espino de Marotto.

Adaptación y resiliencia ante un futuro comercial incierto

Desde su inauguración a principios del siglo XX, el Canal de Panamá ha sido una pieza clave del comercio marítimo global. Su capacidad de acortar rutas entre océanos y de adaptarse a las necesidades del mercado ha sido la clave para mantenerse vigente por más de un siglo. Hoy, ante el contexto de tensiones comerciales entre grandes potencias, el canal reafirma su papel como actor estratégico, mostrando flexibilidad ante los cambios y proyectando una visión sostenible y neutral.

Por historia, según como se mueve el mercado mundial, el Canal se ha ido adaptando, aprovechando su posición estratégica para acortar distancias. El usuario número uno es Estados Unidos, el número dos, China; el primero es un gran exportador de productos energéticos, donde los consumidores son China, Japón y Corea, y somos una vía más corta: desde el punto de vista económico, somos una ruta muy ventajosa para la industria marítima. Así también el Canal de Panamá provee mercado para la costa oeste de Sudamérica a Europa, la costa este de Estados Unidos a la costa oeste de Centroamérica, y de la costa este de Estados Unidos a la costa oeste de Sudamérica, vale decir, no estamos limitados a una ruta. A corto plazo, no vemos riesgo inminente, pero siempre estamos atentos a los patrones del comercio mundial”, explica Ilya Espino de Marotta.

La estabilidad del Canal de Panamá no solo se basa en su eficiencia operativa. El Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente y al Funcionamiento del Canal de Panamá, firmado en 1977 entre Panamá y Estados Unidos, garantiza que la vía permanezca abierta a naves de todas las naciones en tiempos de paz y de guerra. Este tratado, vigente y sin fecha de expiración, es respaldado por más de 40 países, otorgando al canal una condición de neutralidad internacional.

La posición geográfica de la ruta a través del Canal de Panamá nos ha permitido convertirnos en Hub de logística y transporte de las américas, logrando potenciar nuestra posición geográfica al atender a 180 rutas en el comercio marítimo y 1.920 puertos de destino en 170 países. Pienso que esta guerra comercial tendrá un impacto y repercusiones al canal al igual que al resto de los países, ya que propicia un alza en los productos en diferentes rubros, encareciendo el costo de vida y corriendo peligro ante una potencial depresión económica mundial”, enfatiza Frank Campble.

Hoy, más que una infraestructura de conexión oceánica, el Canal de Panamá se proyecta como una plataforma inteligente, resiliente y sostenible. Con un fuerte foco en innovación, tecnología y sostenibilidad, reafirma su compromiso con la ingeniería del futuro.

 




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