El estadio presenta un 66% de avance y promete transformarse en un referente en el diseño y construcción de recintos masivos en América Latina, incorporando innovadoras técnicas de sostenibilidad en las distintas etapas del proyecto.
San Carlos de Apoquindo está inmerso en un entorno en donde la naturaleza tiene un rol protagonista. El recinto está cerca de viviendas, centros comerciales y educacionales. Bajo este contexto, desde Cruzados destacan que el nuevo estadio de Universidad Católica fue un proyecto concebido- desde su origen- como un recinto moderno, sostenible y multipropósito.
Diseñar y construir un proyecto con estas características implicó varios desafíos, tanto en sus orígenes en fase de diseño como en su construcción.
“El concepto de un estadio multipropósito representa una visión innovadora y adaptable, donde la infraestructura deportiva no solo sirve como escenario para eventos deportivos, sino que también se convierte en un espacio versátil y sostenible que beneficia a la comunidad. En este contexto, la construcción del estadio, además de implicar la ingeniería y diseño convencional, incluye un enfoque integral”, explica Juan Ignacio Ríos, gerente general de WSP.
El estadio no solo representa innovación en cuanto a procesos de construcción y diseño utilizados en Latinoamérica, sino que también busca ser un referente en sostenibilidad ambiental.
“La sostenibilidad fue fundamental en el diseño y construcción del proyecto. Desarrollamos una estrategia integral que incluyó la incorporación de tecnologías y materiales sostenibles, la optimización del consumo de recursos y la minimización del impacto ambiental”, comenta Ríos.
El uso de madera, particularmente del glulam o madera laminada, adquiere un rol protagónico en la construcción de este estadio. Entre sus características están el brindar mejor aislación térmica y acústica, tener un excelente ratio resistencia- peso y su importante aporte en sostenibilidad.
“Uno de los requisitos que los ingenieros y arquitectos del proyecto buscaron era generar un estadio respetuoso con el entorno, y- en este sentido- es una de las ventajas que tenemos con un material como la madera”, explica Juan Pablo Pereira, managing director CMPC Maderas.
“El 34% de los residuos sólidos en Chile provienen de la construcción, así como el 39% de las emisiones de CO2. La madera no solo genera poco CO2 en su proceso productivo sino que también compensa con creces esa emisión en la captura que genera en su interior. Cuando reemplazas una tonelada de hormigón por un metro cúbico de madera estás disminuyendo CO2 y dejando de emitir, porque estás reemplazando a otro material de mayor emisión. Por otra parte, producir una tonelada de ladrillo requiere cuatro veces la misma cantidad de energía que para la madera. Si lo comparamos con el hormigón, es cinco veces más. Respecto al peso, la madera es entre cuatro a cinco veces más liviana que el hormigón, lo que tiene alto impacto porque requieres menos fundaciones”, agrega Pereira.
Desde la perspectiva del reciclaje y la economía circular, se mantuvo la estructura original del estadio para disminuir obras, desechos de construcción e impacto ambiental. Todas las butacas y estructuras de acero fueron recicladas y reintegradas al estadio.
Respecto a la energía, el estadio fue diseñado con un enfoque bioclimático para reducir el consumo energético, y se aseguró que el 100% de la energía utilizada provenga de fuentes renovables, además, de instalar más de 400 paneles fotovoltaicos en la cubierta del estadio.
En cuanto al uso del agua, se implementó un sistema de reutilización de aguas grises y recuperación de aguas lluvias para el riego de la cancha, y se cambiará la cancha de pasto natural a sintético, lo que se traducirá en un ahorro de 21.5 millones de litros al año.
“Actualmente, el proyecto registra un 66,5% de avance y se encuentra en finalización de obra gruesa, armando las vigas de la cubierta de la tribuna Mario Lepe y preparando la recepción de las vigas de Livingstone y Fouillioux. Estos hitos son cruciales, dado que permitirán continuar los avances en el montaje de la fachada. Durante los próximos meses se avanzará con los trabajos de terminaciones y en el tercer trimestre se iniciarán las obras de la nueva cancha”, detalla Ríos.
Estructura y fachada
Los elementos estructurales de glulam están siendo utilizados en las cubiertas de las tribunas Lepe, Prieto, Livingstone y Fouillioux. Las dos primeras están formadas por elementos macizos de GLT, cuyas vigas principales tienen un largo de 17 metros, con alto variable cercano a dos metros. Para las otras, la estructuración es un poco diferente. Son vigas enrejadas estereométricas- de hasta 32 m- que combinan acero y madera, en donde la madera toma un papel fundamental en lo estructural y arquitectónico, ya que se utiliza en los cordones inferiores de estas estructuras para soportar principalmente las cargas de compresión a través de una forma curva bien pronunciada, resaltando la estética y versatilidad del material.
El proyecto contempla en sus cuatro fachadas la disposición de lamas o elementos verticales tipo celosía, las cuales también vienen mecanizadas desde fábrica para simplificar la instalación de herrajes y luminarias. Al igual que en las cubiertas, se utiliza madera preservada con propiedades fungicidas para extender la vida útil de los elementos de madera.
Respecto a los desafíos estructurales, por ejemplo ante los sismos, Pereira comenta que “la madera es un extraordinario material porque es flexible. Los desafíos vienen más bien por la carga que soporta. Esta madera está clasificada como estructural y cumple con las normas chilenas 2148, 2150, 2165 y la 1198. Además, estas sostienen un peso menor y su diseño tiene un entramado que va conectado, vale decir, no son vigas que juegan solas sino que forman un elemento soportante entre sí que hace que la estructura sea firme y sólida”.